Y ahí sonó, porque empieza por la última parte, continúa por el medio, sigue por el principio, vuelve a la página 16 y termina leyéndola nuevamente sin darse cuenta.
Entonces descubre que la primera es muy diferente que la segunda lectura. Y así hasta encontrar distintas profundidades.
Esto fue exactamente lo que me ocurrió a mí, como director, y a los actores y colaboradores en cada uno de los roles que nos caben. Cada encuentro era una nueva visión o un nuevo condimento que algunos de nosotros había descubierto.
Fue un gran trabajo de equipo. Esta investigación que hicimos, nos fue atrapando y comprometiendo cada día más. Hasta que llegó un momento que nos dimos cuenta que lo que teníamos en la mano, nada tenía que ver con la primera imagen ingenua que tuvimos.
Esta obra habla de muchas cosas: de la traición “Yo te dije que el Petiso se puso la otra camiseta. ¿Te lo dije o no te lo dije?”, de la Argentina “Miremos el futuro, entonces... Sin agachadas, con dignidad, pero... asumiendo que los tiempos cambiaron y hay que negociar, compadre...”, del amor “¡Soy yo! ¡El Pájaro! ¿No te acordás que me decías que yo era tu pájaro campana?”, de la tradición ¿Qué les parece si le hacemos a la "Zamba de mi esperanza"? ¡Vayan nomás templando esas bordonas y tensando el parche…”, entre otros muchos temas.
Para nosotros es un placer representar esta gran obra del talentoso autor argentino Ariel Barchilón. Esperamos estar a la altura de ella, sabiendo que el espectador tendrá sus propias lecturas e impresiones, pero con la convicción de saber que le agregamos nuestra humilde impronta y toda la pasión.
Les agradecemos que estén acá, compartiendo la magia del teatro y participando de un momento único e irrepetible... de eso se trata nuestra querida profesión.
Javier Lejwa
Agosto 2009
0 comentarios:
Publicar un comentario